lunes, 22 de septiembre de 2008

El pulcro no-amor de las 7 de la tarde.
Nos vemos nos besamos sin ganas.
¿Sin ganas mías, sin ganas de él?
Limpio; por tan limpio, estéril.
Tan pulcro que lo sucio no tenía lugar.
Limpio, para ocultar la tierra bajo la alfombra:
Su conciencia y mi falta de deseo.
Tan aséptico que cualquier cosa contaminaba.
Ahora lo veo… La pasión es sucia.
Sucia como el barro con el que jugamos:
¡Ensucia, y cuanto más mejor!



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